Detectaste la urgencia, la misma que en algún momento te agarrotó los huesos cuando las llamas se llevaron el sueño del “mexicano”. El silencio inspiró la acción, junto a otros esfuerzos se inició la búsqueda cariñosa, la entrega voluntaria. Sin embargo, mis laderas continúan encendiéndose, mis grifos se mantienen sellados, los braceros invernales se voltean y niños y viejos aún se calcinan encerrados y solos... Entonces, la tarea es titánica y el tiempo no determina sus fronteras.
Detectaste la urgencia, la misma que en algún momento te agarrotó los huesos cuando las llamas se llevaron el sueño del “mexicano”. El silencio inspiró la acción, junto a otros esfuerzos se inició la búsqueda cariñosa, la entrega voluntaria. Sin embargo, mis laderas continúan encendiéndose, mis grifos se mantienen sellados, los braceros invernales se voltean y niños y viejos aún se calcinan encerrados y solos... Entonces, la tarea es titánica y el tiempo no determina sus fronteras.
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